Cuando llueve todo el día y no podemos salir a jugar al campo, los niños deciden que hay que decorar las aceras y entre todos han pasado la mañana pintando y haciendo mosaicos en el suelo. Como estaba nublado se veían los colores pasteles de las tizas muy saturados e intensos.
Lo mejor: los profesores y monitores tan solo les acompañamos y facilitamos el espacio, ellos dirigen.